WIROLAB PHARMA

“ENTREGA POR LA CALIDAD Y LA VIDA”

 

PENSAMIENTOS POSITIVOS

OCTUBRE 2015

 

LA LAGARTIJA Y SU RABITO

 

Juanita Lagartija vivía entre unas piedras en el campo. Como a todas las lagartijas, le encantaba tomar tranquilamente el sol sobre una gran roca plana.

 

Allí se quedaba tan a gustito, que más de una vez había llegado a dormirse, y eso fue lo que pasó el día que perdió su rabito: unos niños la atraparon, y Juanita sólo pudo soltarse perdiendo su rabo y corriendo a esconderse.


Asustada oyó como aquellos niños reían al ver cómo seguía moviéndose el rabito sin la lagartija, y terminaban tirándolo al campo después de un ratito. La lagartija comenzó entonces a buscarlo por toda la zona, dispuesta a recuperarlo como fuera para volver a colocarlo en su sitio. Pero aquel campo era muy grande, y por mucho que buscaba, no encontraba ni rastro de su rabito.

 

Juanita dejó todo para poder buscarlo, olvidando su casa, sus juegos y sus amigos, pero pasaban los días y los meses, y Juanita seguía buscando, preguntando a cuantos encontraba en su camino.
Un día, uno aquellos a quienes preguntó respondió extrañado "¿Y para qué quieres tener dos rabos?".

 

Juanita se dio la vuelta y descubrió que después de tanto tiempo le había crecido un nuevo rabito, incluso más fuerte y divertido que el anterior. Entonces comprendió que había sido una tontería dedicar tanto tiempo a lo que ya no tenía remedio, y decidió darse la vuelta y volver a casa.
 

Pero de vuelta a sus rocas, precisamente encontró su rabito al lado del camino.

 

Estaba seco y polvoriento, y tenía un aspecto muy feo. Alegre, después de haber dedicado tanto tiempo a buscarlo, Juanita cargó con él y siguió su camino. Se cruzó entonces con un sapo, que sorprendido le dijo:


- ¿Por qué cargas con un rabo tan horrible y viejo, teniendo uno tan bonito?
- He estado meses buscándolo - respondió la lagartija.
- ¿De verdad has estado meses buscando algo tan feo y sucio? -siguió el sapo.
- Bueno - se, excusó Juanita- antes no era tan feo...

- Mmm, pero ahora sí lo es, ¿no?... ¡qué raras sois las lagartijas! -dijo el sapo antes de largarse dando saltos.


El sapo tenía razón. Juanita seguía pensando en su rabito como si fuera el de siempre, pero la verdad es que ahora daba un poco de asco. Entonces la lagartija comprendió todo, y decidió dejarlo allí abandonado, dejando con él todas sus preocupaciones del pasado; y sólo se llevó de allí un montón de ilusiones para el futuro.

“El futuro siempre puede ser mejor que lo que ya ha pasado, pero si no dejamos de mirar atrás no podemos verlo.


Crea una página web gratis Webnode